Generalmente localizadas en el rostro, el escote, los brazos y las manos, las manchas (o léntigos) tienen tendencia a aumentar con la edad y después de las vacaciones de verano: el sol y el envejecimiento son, efectivamente, sus dos causas principales. Para que no se multipliquen con el paso del tiempo, ¡adopte buenos hábitos lo antes posible!
Modificado el 16/10/2012
Lo que se debe hacer
- Consultar con su dermatólogo, el cual realizará un diagnóstico preciso de las manchas y le propondrá el tratamiento más adecuado.
- Evitar al máximo la exposición al sol, especialmente en verano.
- Utilizar una crema solar con un alto factor de protección, SPF 30 a 50+, en las zonas expuestas (cara, cuello, escote, brazos…) y en todas las temporadas, incluso cuando no tiene previsto tomar el sol.
- Evitar el sol, especialmente en caso de embarazo, para limitar los riesgos de que aparezca el famoso "paño del embarazo" o cloasma (asociado con las modificaciones hormonales y la exposición a los rayos ultravioleta).
- Si las manchas son numerosas y están muy marcadas, prever un tratamiento con láser o luz pulsada, que deberá ser aplicado por un dermatólogo especializado.
- Utilizar mañana y noche una crema despigmentante como el Despigmentante Intensivo Melatrio de Noviderm. Solo o como complemento de un tratamiento láser, le ayudará a atenuar las manchas presentes y evitar la aparición de nuevas manchas.
- Comprobar que los cosméticos y/o los medicamentos que utiliza no son fotosensibilizantes.
- No dude en recurrir al maquillaje: correctores y fondos de maquillaje le ayudarán a unificar la tez rápidamente y contribuirán a su protección.
- Mantenga siempre a los niños perfectamente protegidos del sol: además de los riesgos inmediatos, las quemaduras por el sol en la infancia favorecen la aparición de pecas y manchas en la edad adulta.
Lo que no se debe hacer
- Aplicar una protección solar una sola vez al día: para que sea eficaz y conservar su efecto protector, una crema solar debe aplicarse al menos cuatro veces al día (al levantarse, a mediodía, después de comer y por la tarde).
- No aplicar ninguna protección solar en días nublados: si bien el calor se siente menos que cuando hace sol, los rayos ultravioleta atraviesan las nubes y los riesgos para la piel siguen siendo los mismos.
- Exponer directamente el rostro al sol, incluso con una crema con un factor de protección muy elevado: una crema solar no es un escudo y las zonas con manchas deben permanecer a la sombra.